Sunday 10 April 2011

UNA CARTA SINCERA. CORDOBA




Cuanto por escribir...


Que camino tan largo es este el de encontrarse en un estilo propio, el saberse decirse y pronunciarse sin que suene a sobado o a antigualla, o lo mas importante, sin aburrirme de tanto repetirme.


Yo escucho a estos autores, todo lo que han escrito, tantos textos, tanta obra editada, con tantos recitales, que no paran de hacer y que publican, al menos otro libro cada año, y no puedo evitarlo y me comparo. Y es que es casi imposible el guardarse respeto cuando escuchas poemas de este porte.


Aquí en esta posada, de madera y jilgueros, mientras tantos poetas de alados corazones y tablas en los pies de la experiencia abren los patios íntimos de sus noches de amor o sus plazas sin fuente, encienden los faroles de sus calles sin luna, se dan en lo profundo como el cauce del río, se elevan en la cúpula de un detalle pulido y meditado y en un simple decir se comparten enteros sin excusa, yo me siento a escuchar palabras que desnudan mis impulsos con sus voces sensuales y me recuerdan los versos que aun no he escrito. Yo no soy entregada, como creéis algunos. Yo soy mas egoísta y menos dada.


Y así, provocadas las ganas me apresuro, después del recital, a teclear las lineas de una carta sincera que me ayude a salir de esta etapa del 'nada', de este tiempo de 'malo', del 'otra vez lo mismo' y a escaparme de mi y a encontrarme escribiendo sobre el asta de un toro, sobre un romper de ola entre astilleros, sobre astilla de forja incandescente o en un rayo de sol de eclipsados esfuerzos.


Cuanto por escribir, mientras vuelvo a lo fácil.

Cuanto por escribir… Mientras sueño y tanteo.

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