Monday 13 December 2010


El renacer del Poeta
(Desde Bali)

En la ceremonia, todos vestidos con brocados, bordadas las camisas, plateados los detalles del pañuelo, todo es un blanco anaracarado con un fondo marino que suena como un rezo de espuma remoloso.




En el silencio de la espiritualidad, el 'ding' de una campanita es un continuo balanceo del ensueño; todo es paz, serenidad, todo es hermoso.

Tomamos los petalos desojados de la cesta de bambú entre los pulgares y los ofrecemos a los dioses con respeto, con devoción, con el alma que reside en la cabeza, con la elevación del ser, para después devolverlos al aire.

Una vez más, repetimos el ritual, adornando esta vez nuestro cabello con las flores y apagando el incienso que tanto aroma daba.

Los sacerdotes nos purifican con agua y bebemos de las gotas que caen en nuestras manos. Tomamos el arroz de un cuenco de coco y lo posamos, sobre nuestra frente, y decoramos nuestras sienes, y sonreimos.

Ellos hacen bromas y se rien de mi, que privilegio.

El ritual llega a su fín. Un hombre viejo me toma de la mano. Nos levantamos. Nos alejamos de templo. Ellos se suben en el camión, en los respectivos minibuses, en sus motocicletas, y se van.

Yo,
flotando,
vuelvo al templo
y escribo...











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